miércoles, 31 de octubre de 2012

EL VIAJE DEL EXCURSIONISTA JUAN

Juan quería ir de excursión, a la playa de los Genoveses, y desde allí, llegar en lancha a Carboneras, llegar al valle del Almanzora, después llegar a Tijola, y por último, llegar a Albox; pero no había salido todo como había imaginado.

Documental "La España  sumergida": "Cabo de Gata", RTVE, 2002


"Llegué a la playa de los Genoveses, y después fui en lancha a Carboneras. Me bajé de la lancha y me metí en el agua, para bucear, pero me ahogué en el talud continental. Un socorrista, me vio, y me desperté en un hospital.
Salí de él y empezó a llover muy fuerte y el agua me desplazó desde Tíjola hasta el Valle del Almanzora. Allí me encontré a un niño que estaba solo y le pregunté donde estaba su madre. Me dijo que le había abandonado. Le pregunté dónde vivía su madre y me dijo que en Albox. Llamé a su puerta y me dijeron que solo había sido un malentendido".

Paseo fotográfico por el Valle del Almanzora


 FIN

Arca de Noé

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Arca de Noé




Grabado de principios del S XVIII reflejando el Arca de Noé y la distrbución de los animales que en ella viajaron

Introducción

Este mito se puede encontrar tanto en los textos sagrados del judeo-cristianismo (la Torah y el Antiguo Testamento) como en el Corán de los musulmanes. Su origen puede remontarse al mito sumerio de Ziusudra, en un poema épico llamado Atrahasis de la Mitología Caldea, y el contacto de los hebreos con la cultura mesopotámica después de la caída de Jerusalén.Tal como esto.
Suceso del Antiguo Testamento, el Arca de Noé fue una embarcación construida para la salvación del profeta Noé, su familia y varias parejas de animales para preservarlos del diluvio universal y luego repoblar la Tierra con su descendencia.
El arca fue ordenada por Dios a ser construida, mencionado en las religiones abrahámicas (judía y cristiana), cuyo nombre es Yahvé, e islámica (bajo el nombre de Allah).
Aunque tradicionalmente fue aceptado como un hecho histórico, el impacto entre las teorías científicas y bíblicas ha llevado a la mayoría de personas a abandonar el significado literal de la historia. Sin embargo, varios literatos bíblicos siguen explorando las montañas de Ararat, donde la Biblia dice que el arca descansa.
Fuente: Wikipedia

Relato

Érase una vez un hombre llamado Noé, que estaba construyendo una barca grandisima. 

Dios le dijo a Noé que iba a ser el diluvio del mundo. Noé construyo la barca y la gente decia que era mentira y Noé dijo: "No penséis sueños sino lo  que dice Dios". 

Al rato empezó a llover y no paró.  Reventó el pantano y la gente se metió corriendo en la barca porque el agua iba arrasando todo lo que le pillaba por delante y la gente le dijo a Noé: "Noé eres el milagro para el mundo". 

Y  a partir  de hoy el arcoiris simboliza la paz.


Caperucita Roja


Había una vez una niña muy bonita. Su madre le había hecho una capa roja y la muchachita la llevaba tan a menudo que todo el mundo la llamaba Caperucita Roja.
Un día, su madre le pidió que llevase unos pasteles a su abuela que vivía al otro lado del bosque, recomendándole que no se entretuviese por el camino, pues cruzar el bosque era muy peligroso, ya que siempre andaba acechando por allí el lobo.
Caperucita Roja recogió la cesta con los pasteles y se puso en camino. La niña tenía que atravesar el bosque para llegar a casa de la Abuelita, pero no le daba miedo porque allí siempre se encontraba con muchos amigos: los pájaros, las ardillas...
De repente vio al lobo, que era enorme, delante de ella.
- ¿A dónde vas, niña?- le preguntó el lobo con su voz ronca.
- A casa de mi Abuelita- le dijo Caperucita.
- No está lejos- pensó el lobo para sí, dándose media vuelta.
Caperucita puso su cesta en la hierba y se entretuvo cogiendo flores: - El lobo se ha ido -pensó-, no tengo nada que temer. La abuela se pondrá muy contenta cuando le lleve un hermoso ramo de flores además de los pasteles.
Mientras tanto, el lobo se fue a casa de la Abuelita, llamó suavemente a la puerta y la anciana le abrió pensando que era Caperucita. Un cazador que pasaba por allí había observado la llegada del lobo.
El lobo devoró a la Abuelita y se puso el gorro rosa de la desdichada, se metió en la cama y cerró los ojos. No tuvo que esperar mucho, pues Caperucita Roja llegó enseguida, toda contenta.
La niña se acercó a la cama y vio que su abuela estaba muy cambiada.
- Abuelita, abuelita, ¡qué ojos más grandes tienes!
- Son para verte mejor- dijo el lobo tratando de imitar la voz de la abuela.
- Abuelita, abuelita, ¡qué orejas más grandes tienes!
- Son para oírte mejor- siguió diciendo el lobo.
- Abuelita, abuelita, ¡qué dientes más grandes tienes!
- Son para...¡comerte mejoooor!- y diciendo esto, el lobo malvado se abalanzó sobre la niñita y la devoró, lo mismo que había hecho con la abuelita.
Mientras tanto, el cazador se había quedado preocupado y creyendo adivinar las malas intenciones del lobo, decidió echar un vistazo a ver si todo iba bien en la casa de la Abuelita. Pidió ayuda a un segador y los dos juntos llegaron al lugar. Vieron la puerta de la casa abierta y al lobo tumbado en la cama, dormido de tan harto que estaba.
El cazador sacó su cuchillo y rajó el vientre del lobo. La Abuelita y Caperucita estaban allí, ¡vivas!.
Para castigar al lobo malo, el cazador le llenó el vientre de piedras y luego lo volvió a cerrar. Cuando el lobo despertó de su pesado sueño, sintió muchísima sed y se dirigió a un estanque próximo para beber. Como las piedras pesaban mucho, cayó en el estanque de cabeza y se ahogó.     
En cuanto a Caperucita y su abuela, no sufrieron más que un gran susto, pero Caperucita Roja había aprendido la lección. Prometió a su Abuelita no hablar con ningún desconocido que se encontrara en el camino. De ahora en adelante, seguiría las juiciosas recomendaciones de su Abuelita y de su Mamá.


FIN

lunes, 29 de octubre de 2012

Cuento de Pinocho

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Erase una vez en una vieja carpintería, Geppetto, un señor amable y simpático, terminaba más un día de trabajo dando los últimos retoques de pintura a un muñeco de madera que había construido este día. Al mirarlo, pensó: ¡qué bonito me ha quedado! Y como el muñeco había sido hecho de madera de pino, Geppetto decidió llamarlo Pinocho.

Aquella noche, Geppeto se fue a dormir deseando que su muñeco fuese un niño de verdad. Siempre había deseado tener un hijo. Y al encontrarse profundamente dormido, llegó un hada buena y viendo a Pinocho tan bonito, quiso premiar al buen carpintero, dando, con su varita mágica, vida al muñeco.

Al día siguiente, cuando se despertó, Geppetto no daba crédito a sus ojos. Pinocho se movía, caminaba, se reía y hablaba como un niño de verdad, para alegría del viejo carpintero. Feliz y muy satisfecho, Geppeto mandó a Pinocho a la escuela. Quería que fuese un niño muy listo y que aprendiera muchas cosas. Le acompañó su amigo Pepito Grillo, el consejero que le había dado el hada buena.

Pero, en el camino del colegio, Pinocho se hizo amigo de dos niños muy malos, siguiendo sus travesuras, e ignorando los consejos del grillito. En lugar de ir a la escuela, Pinocho decidió seguir a sus nuevos amigos, buscando aventuras no muy buenas. Al ver esta situación, el hada buena le puso un hechizo.

Por no ir a la escuela, le puso dos orejas de burro, y por portarse mal, cada vez que decía una mentira, se le crecía la nariz poniéndose colorada. Pinocho acabó reconociendo que no estaba siendo bueno, y arrepentido decidió buscar a Geppetto. Supo entonces que Geppeto, al salir en su busca por el mar, había sido tragado por una enorme ballena.

Pinocho, con la ayuda del grillito, se fue a la mar para rescatar al pobre viejecito. Cuando Pinocho estuvo frente a la ballena le pidió que le devolviese a su papá, pero la ballena abrió muy grande su boca y se lo tragó también a él.

Dentro de la tripa de la ballena, Geppetto y Pinocho se reencontraron. Y se pusieran a pensar cómo salir de allí. Y gracias a Pepito Grillo encontraron una salida. Hicieron una fogata. El fuego hizo estornudar a la enorme ballena, y la balsa salió volando con sus tres tripulantes. Todos se encontraban salvados.

Pinocho volvió a casa y al colegio, y a partir de ese día siempre se ha comportado bien. Y en recompensa de su bondad el hada buena lo convirtió en un niño de carne y hueso, y fueron muy felices por muchos y muchos años.

jueves, 25 de octubre de 2012

Cuentos que me contaron y todavía cuentan

Hay muchos libros o series que aluden a los "cuentos preferidos de los niños". Pero, que yo sepa, no les han preguntado a ellas y a ellos concretamente, sino que han supuesto que eran esos y no otros.
Ahora os toca a vosotras y vosotros.


¿Cuál fue el primer cuento que te contaron? ¿Cuál es el que más te gustó?
Vamos a recuperar el hilo del placer de escuchar, contar y dramatizar ficciones que adquirimos en la primera infancia, sea en la familia, sea en la escuela o en ambos lugares.
1) Busca una versión del cuento en la red que sea de tu gusto.
2) Adapta el texto para su puesta en escena. Imagina cómo podrías hacerlo más atrayente.
3) Actuamos y grabamos nuestras intervenciones ante el grupo, sin miedo al qué no dirán... porque si dicen algo es buena señal.


miércoles, 24 de octubre de 2012

Pongamos por caso: un rescate casi real


Un excursionista ha desaparecido cuando estaba de viaje por la provincia de Almería.
Fue visto por última vez a su salida del Albergue Inturjoven en dirección a Albox. Dos días después, ocurrieron las inundaciones provocadas por la gota fría del 28 de septiembre de 2012.
Se ha encontrado en su habitación el borrador de un itinerario que incluía los siguientes lugares:
- Cabo de Gata (lancha)
- Playa de los Genoveses
- Carboneras (buceo)
- Valle del Almanzora
- Tíjola
- Albox

El equipo de rescate tiene que reconstruir su recorrido con los mayores detalles posibles. Hay que narrar lo que posiblemente hiciera, a la vez que se describen los accidentes geográficos:
- Relieve continental.
- Relieve costero.
- Tierras sumergidas.
- Hidrografía: aguas marinas y continentales.
Una vez completado el informe, por favor, remítase a la coordinación de "Rescate en proyecto", para que se publique en el blog.

Mapa físico de la provincia de Almería


Pulsar encima para conseguir una vista en detalle

Perséfone rescatada del Hades

Bernini, El rapto de Perséfone. Foto: CC
El mito de Perséfone se revela en una de las fiestas mas famosas de Grecia: los misterios de Eleusis.
La leyenda comienza con Perséfone recogiendo flores en una pradera de Enna, en Sicilia; aunque el himno de Homero dedicado a Deméter habla de forma imprecisa de la llanura de Misa y otras tradiciones sitúan el hecho en Eleusis, junto al Cefiso, o en Arcadia, al pie del monte Cileno, donde crecía feliz junto a sus hermanas, Zeus, Atenea y Artemisa. De repente, cuando cortaba un narciso, la tierra se abre a sus pies y surge Hades, su tío, que la rapta.
Cuando Hades pidió su anuencia a Zeus, el padre de los dioses se había mostrado cobardemente ambiguo, temía enfrentarse a la madre de la joven, Deméter, pero tampoco quería disgustar al dios del abismo. De modo que Hades tiró por la tremenda y raptó a la muchacha.
Perséfone grita pidiendo auxilio a su madre... Nadie como Bernini ha captado ese momento: el dios, poderoso y terrible, levanta a la muchacha, por cuya mejilla resbala una lágrima, que es una síntesis de todas las lágrimas; insensible a sus gritos, sus dedos se hunden en la mórbida piel de la joven, como si el mármol se hubiera hecho carne. Deméter la oye y corre en su ayuda, pero, al no encontrarla, comienza un largo peregrinaje en seguimiento de su hija. Durante nueve días y nueve noches recorre Deméter el mundo, sin comer, sin beber, errante con una antorcha en cada mano, buscándola desesperada.
El décimo día llega, disfrazada de anciana, a Eleusis donde entra al servicio del rey Céleo y de su esposa Metanira. Allí Triptolemo, tercer hijo de los reyes, reconoció a la diosa y le refirió lo que sus hermanos habían visto mientras guardaban el ganado en el campo: De pronto se abrió el suelo y se tragó sus puercos, luego tembló la tierra, se oyó un recio galope y apareció un carro tirado por caballos negros que se precipitó ruidosamente en la grieta. No pudo ver el rostro del auriga que gobernaba el tiro, pero con el brazo derecho sujetaba a una joven que gritaba angustiada.

Deméter y Triptólemo
Una tradición local afirma que fueron los habitantes de Hermíone, en la Argólide, los que avisaron a la diosa y descubrieron al autor. Aunque el mito más conocido afirma que al décimo día la diosa se encuentra con Hécate, quien le sugiere que consulte a Helios, el dios que todo lo ve.
Este dios efectivamente ha visto todo lo sucedido y se lo confirma a la infortunada madre. La cólera de Deméter es tal, que abandona el Olimpo y se niega cumplir sus funciones. El hambre y la muerte asoló la tierra, y Deméter se enfrentó a Zeus advirtiéndole que aparecía su hija o ni un grano de trigo germinaría.
El destierro de la diosa incide en las cosechas y provoca la esterilidad de la tierra. Como la diosa se niega a hacer fructificar los campos, Zeus envía primero a Iris y después poco a poco a todos los dioses del Olimpo para convencerla de que regrese y fertilice la tierra. Ante el nulo resultado de sus embajadas, Zeus cede y envía a Hermes a Hades con la orden de que devuelva a Perséfone. Accede en principio el dios de los infiernos, pero engañosamente hace probar a la muchacha la comida de los muertos, un grano de granada le dio a probar, lo que la imposibilita regresar.
Se acordó entonces una solución de compromiso. Para contentar a Deméter, Zeus, que se sentía responsable de la suerte de Core, dictaminó que a partir de aquel momento, la muchacha, con el nombre de Perséfone, pasase tres meses junto a su esposo en el Tártaro y el resto de los meses del año con su madre entre los vivos. Cuando Perséfone permanece junto a su esposo, es la estación invernal y el suelo queda estéril; cuando la joven sube al Olimpo, los tallos verdes la acompañan y comienza la primavera.


El rescate del sol

Hace mucho tiempo, vivía en África, el jefe Wai. Por aquel entonces, el jefe Mokulaka había robado el Sol y lo mantenía escondido. 
Un día, Mokele, hijo de Wai, decidió salir a recuperar el Sol, y así aliviar la tristeza de su padre. Para el viaje construyó una enorme canoa con el tronco de un árbol. Al terminar, muchos animales le suplicaron que los llevase para ayudarlo en su tarea.
—¡Bienvenidos a bordo! –exclamó Mo-kele– y partieron alegremente por el río.
Pasados muchos días, llegaron al territorio de Mokulaka, y Mokele le preguntó cortésmente: 
—¿Estaría dispuesto a venderme el Sol? 
El ladrón no quería cederlo, pero temía a los animales que acompañaban al muchacho. 
—Lo pensaré –le dijo–, mientras descanso un rato.
El muchacho se sentó bajo un árbol, mientras Mokulaka  corría a ver a su hija, Molumba, para que le preparara un veneno. Lo que no sospechaba era que una avispa que revoloteaba a su alrededor informaría de todo a Mokele.
Cuando el jefe le invitó a entrar en la cabaña de su hija, el muchacho actuó como si no supiera nada. Se puso a conversar con ella con tanta dulzura que la joven sintió que no podría matarle y botó el veneno.
Mientras, la tortuga encontró el Sol escondido en una cueva y lo sacó de allí. El águila la levantó con sus garras y remontó el vuelo. Por primera vez, en mucho tiempo, el Sol se alzó en el cielo. 
Cuando Mokele y los animales lo vieron, corrieron a la canoa acompañados por Molumba y se alejaron, mientras el astro rey iluminaba toda la selva.


    Texto: Cuento africano
    Versión: Mari Pulido
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